En 20 años de operación del programa de las Casas de Justicia han
sido atendidos, según cifras del Ministerio de Justicia, nueve millones
ochocientas cuarenta y cinco mil personas. En 2014 la atención fue de
cerca de 400 mil personas, siendo Antioquia, Cundinamarca, Nariño, Valle
del Cauca, Casanare y Putumayo, las regiones donde más acuden a estos
centros de atención.
El
programa de las Casas de Justicia se creó con el propósito de ayudar a
resolver de manera rápida y efectiva algunos tipos de controversias o
problemas cotidianos, para no llegar a instancias mayores de la
justicia.
Así lo explicó la viceministra de Promoción
de la Justicia, Ana María Ramos Serrano, quien advierte: “El balance es
agridulce, mas tirando a dulce que a agrio. Las Casas de Justicia fueron
un modelo que se creó para integrar diferentes servicios para la
resolución de conflictos. El modelo funciona en la medida en que en las
Casas hay presencia de varias entidades del Gobierno y eso ha servido
para que la gente encuentre en un solo lugar la autoridad que necesita
para resolver su problema. Así se ha logrado llegar con atención de
justicia a población vulnerable, de estratos 1 o 2”.
La parte
agria está en que a la fecha no se ha logrado la confluencia de todas
las instituciones: “Nos hemos dado cuenta de que no en todas las casas
el servicio interinstitucional funciona tan bien, tenemos casas donde
está la Fiscalía, pero no Medicina Legal; otro conflicto es que las
casas están enfocadas a ese mecanismo alternativo y penal, no en todas
están los jueces; tenemos jueces de pequeñas causas en catorce de las
casas; todo esto conlleva a que se resuelva parcialmente el conflicto y
es lo que estamos tratando de corregir”.
Esta falencia hace que el modelo sea criticado y cuestionado por analistas como Ariel Ávila.
“Es
un método interesante que logra la confluencia de varias entidades del
Estado, pero se ha demostrado que es deficiente y que no ha sido tomado
en serio por la justicia. Al punto que no existe un seguimiento sobre
los procesos que se manejan, no se sabe cuáles se abren o se cierran”.
Además,
dice: “Las Casas de Justicia están concentradas en municipios grandes y
no se llega a los más pequeños, generando un problema de segregación;
tampoco ha sido posible la creación de más centros”.
Por su
parte, afirma Élmer Montaña, exfiscal de la Casa de Justicia de
Aguablanca de Cali, estas instituciones han perdido los propósitos con
los que fueron fundadas.
“Las Casas de Justicia se han
desnaturalizado básicamente por falta de apoyo de los gobiernos nacional
y municipal para mantener los servicios de justicia. Ya solo son
especies de oficina en donde se descentraliza el papel de la Fiscalía,
pero no están trabajando en proyectos de prevención y control de la
violencia, que eran su propósito inicial”.
De acuerdo con
Montaña, en las dos Casas de Justicia de Cali ya no hay presencia de
Fiscalía, ni Medicina Legal ni Policía Judicial, entonces solo sirven
para recepcionar denuncias o procesos. “La Casa de Justicia de
Aguablanca fue pionera a nivel nacional cuando yo trabajé allá, porque
además de atender pleitos, teníamos proyectos para controlar fenómenos
como la violencia intrafamiliar e incluso el tráfico de drogas. Ahora,
nada de eso se hace”, afirmó Montaña.
El exfiscal llamó la
atención sobre la necesidad de retomar las experiencias positivas en
varias de las Casas y de que el Gobierno Municipal y Nacional vuelvan a
coordinar proyectos de prevención de violencia e inviertan tanto en
capital monetario como en capital humano.
Ante esto la
viceministra Ana María Ramos afirma que el plan a futuro es crear más
Casas de Justicia, incluso para ello se cuenta con más presupuesto y
está en marcha un proyecto en el que podrán participar las entidades
privadas.
“Los recursos que tiene el Ministerio son limitados,
pero vamos a recibir unos recursos adicionales para hacer Casas de
Justicia. Tenemos zonas que no tienen recursos para hacer su aporte,
pues cabe recordar que el Ministerio aporta una parte y otra corresponde
a los entes regiones, para ello se está trabajando un proyecto de
alianza público-privada”.
En cuanto a la llegada de los
servicios a las zonas más apartadas del país, aseguró que desde hace un
tiempo se está trabajando en casas de justicia móviles, con el fin de
llevar el Estado a las comunidades.
“El objetivo es
desconcentrar las casas y hacerlas móviles para que lleguen a todos los
municipios. Tenemos el caso de El Bagre (Antioquia), arrancar fue
difícil y al principio no les era familiar asistir a estas jornadas,
pero ahora ya conocen el proceso. Es una forma de que la gente conozca
el Estado y vaya hacia él”.
¿Para que son las Casas?
En las Casas de Justicia habitualmente se reportan casos de familia, como violencia intrafamiliar, custodia, divorcio, separación de bienes, alimentos, adopción, sucesiones.La segunda línea de casos la ocupan problemas legales como los delitos por hurto, acoso o abuso sexual, abuso de confianza, amenazas, lesiones personales, soborno, estafa.Y luego, las denuncias de violaciones por parte de la Fuerza Pública, exclusión de servicios de salud y educación, y discriminación.
Tomado de http://www.elpais.com.co/elpais/judicial/noticias/veinte-anos-agridulces-casas-justicia-pais
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