Por Jubal Valerio Hernández
Por vocación, soy partidario de los métodos alternativos de solución
de conflictos (la Conciliación y el Arbitraje). Los abogados no hemos
sido formados para hacer uso de ellos. Por esa razón, mis colegas son
mayormente inclinados a dirimir los conflictos en el ámbito judicial.
Los jueces, a su vez, no obstante estar obligados por ley a intentar la
conciliación de las partes antes de dar inicio al debate, apenas
preguntan a los apoderados de las mismas (que con frecuencia no se hacen
acompañar de sus representados), si desean arreglar conciliatoriamente
el diferendo y, de inmediato, si la respuesta es negativa, dan comienzo
al juicio.
Es importante señalar, además, que el Código Procesal Civil en el
artículo 448, le otorga al juez la potestad de que, sin prejuzgar el
contenido de la eventual sentencia, pueda proponer alguna solución al
conflicto o fórmulas de arreglo entre las partes.
De mi propia experiencia y la de muchos colegas, no se conoce que los
jueces de Letras de lo Civil y aún de lo laboral, hagan uso de esta
prerrogativa. Uno se pregunta ¿por qué será? La respuesta que hemos
escuchado, incluso de magistrados de la Corte Suprema, es que nuestros
jueces no tienen el perfil adecuado para actuar en esa dirección.
Dicho lo anterior, quiero poner de manifiesto mi admiración por el
valioso trabajo que están realizando los Facilitadores Judiciales. Se
trata de un programa que ha puesto en marcha el Poder Judicial de
Honduras, con el apoyo de la Organización de Estados Americanos.
Con motivo de su reciente visita a nuestro país, el Secretario
General de dicha Organización, Luis Almagro Lemes, se refirió en
términos elogiosos a esta inédita experiencia hondureña. Están ya en
funciones Facilitadores Judiciales en la mayor parte de los
departamentos de nuestra geografía. Se trata de personas que son
escogidas por la comunidad, para atender, por la vía conciliatoria, sus
conflictos familiares o vecinales. Son líderes naturales que gozan del
respeto y credibilidad de los vecinos y no devengan sueldo, pues sus
funciones las desempeñan en forma honorífica y voluntaria.
Los resultados que ya se están obteniendo por los Facilitadores
Judiciales son dignos de nuestra admiración, pues están librando de su
pesada carga a los tribunales de justicia, de los cuales actúan como
enlace con la comunidad. La lección que nos dan a todos: gobernantes y
gobernados de los diversos estratos sociales, es verdaderamente
ejemplar. Nos están enseñando a dirimir nuestros conflictos de manera
pacífica y civilizada, lo que buenamente está faltando en la actual
coyuntura política y social.
¡Ojalá la aprendiéramos!
Tomado de http://www.latribuna.hn/2015/08/22/la-leccion-que-nos-dan-los-facilitadores-judiciales/
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